Con el regreso a clases, todo es caos y obligaciones de último momento y es la ocasión perfecta en la que esa persona, que aportó su granito de arena en ese ser al que llamas hijo, podría servir de ayuda.
Le pides el favor, uno simple, y él gustoso lo hace. Problema: sigue las instrucciones muy al pie de la letra...
Acompáñame a ver esta feliz historia.