Hace algunos años, los cómics eran un producto considerado para niños y no tenía el estatus que se les da hoy en día como el verdadero producto de masas que es.
Para conseguir cómics o tenías mucho dinero o conocías a alguien que vivía en el extranjero y que te traía alguna revista de vez en cuando. Las editoras en Latinoamérica hacían lo que podían para traer obras pero la falta de demanda y el precio de las licencias hacían muy difícil que conociéramos los orígenes de los personajes y poder darle sentido a las historias que nos llegaban a medias.
Afortunadamente había un producto que ayudó a popularizar estos personajes. Se llamaban las Pepsi Cards y se veían asi: