Lo único que te faltaba: que alguien te llame acusándote de roba novios pero que tenga que retirarse con el rabo entre las piernas.
Este es el caso que le sucedió a una de nuestras loquillas, la chica estaba tranquila atendiendo sus propios asuntos cuando la asalta por teléfono una desconocida.
La lección fue fácil de dar y el quemón será una buena experiencia para tener cuidado en donde meter el dedo.