Como a la gente le encanta enamorarse y pedirle a otra que compartan la vida hasta que la muerte los separe, han descubierto la manera de que ese momento en el que se pide la mano sea único y con mensaje.
Atrás quedaron los días de ponerse de rodilla, sostener la mano del ser amado y ponerle un anillo mientras se le dice: "¿Te quieres casar conmigo?". Lo de hoy es un guiño a que "si te casas conmigo, te voy a dar de comer".
Aquí unos ejemplos de cómo lo hacen los campeones.