Si bien es cierto que etiquetar y comentar en una publicación es como matar dos pájaros de un solo tiro, no hay que pasarse.
La pareja protagonista de esta historia no se contentó con participar en la actividad que propone la página de Facebook, también tuvo que causarle cáncer de ojo a los demás.
Chicos, aprendan el muro de Facebook no es el chat privado.