El hecho ocurrió en Bogotá (Colombia), donde unos clientes se dispusieron a la laboriosa tarea de llenar una empanada de pelos para no pagar la cuenta.
Aunque el hecho por si es bastante penoso, lo más curioso de la situación, es que la señora de la derecha parece que llevara pelos en el bolso para cometer el delito mas fácilmente.