Eres de esos despechados, que cree que algo tiene que ser para siempre. Decides entrar a una tienda donde hacen tatuajes, pasas por ese doloroso proceso pero estás feliz porque por fin tendrás algo que va estar ahí para siempre.
Problema: hasta esas marcas que te haces en tu cuerpo tienen una fecha de caducidad.
Aquí una galería de esta triste historia.